Washington, 9 abr (Sputnik).- El secretario de Defensa de EEUU, Lloyd Austin, informó este martes que pidió a la Agencia de Inteligencia de la Defensa y a la Agencia de Seguridad Nacional que analicen nuevos informes sobre una supuesta responsabilidad de Rusia en el llamado “síndrome de La Habana” que afecta a diplomáticos y a otros funcionarios estadounidenses.
“He hablado con líderes de la comunidad de inteligencia y he tratado esta cuestión con ellos. Me aseguraron que seguirán abordando e investigando cualquier nueva evidencia que se presente”, dijo Austin en un testimonio ante el Comité de Servicios Armados del Senado.
Se conoce como “síndrome de La Habana” a una serie de problemas de salud declarados originalmente por personal de las embajadas de EEUU y Canadá en la capital de Cuba a finales de 2016, y que luego fueron registrados en otros países.
Los síntomas informados incluyen mareos, dolor, problemas visuales y disfunción cognitiva, después de sonidos intrusivos y presión en la cabeza.
Diplomáticos estadounidenses fueron diagnosticados por primera vez con el síndrome de La Habana en Cuba en 2016 y luego en China en 2018.
El personal dijo que experimentó sonidos penetrantes que habían causado efectos en su salud a largo plazo.
Posteriormente, diplomáticos estadounidenses en Rusia, Tayikistán, Austria y en varios países africanos también reportaron síntomas compatibles con el síndrome de La Habana, incluyendo náuseas y mareos.
El 31 de marzo, la cadena de noticias CBS informó que, en base a supuestas nuevas pruebas, Rusia estaba detrás de una serie de ataques al estilo del síndrome de La Habana, incluso contra funcionarios estadounidenses en Vietnam antes del viaje de la vicepresidenta Kamala Harris allí en 2021.
Tras el informe, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, calificó las acusaciones de infundadas y enfatizó que nunca se ha proporcionado ninguna prueba para sustentar esas afirmaciones.
A principios de marzo, el periódico estadounidense The Washington Post informó que cinco agencias de inteligencia estadounidenses concluyeron que era “muy improbable” que algún adversario extranjero atacara a diplomáticos y personal de inteligencia estadounidenses con la ayuda de algún tipo de arma energética que causara sensaciones acústicas extrañas y dolorosas. (Sputnik)