Rusia construirá en Kirguistán el primer laboratorio de bioseguridad de Asia Central.
La decisión se tomó a nivel de los países de la Unión Económica Euroasiática, a diferencia de los laboratorios biológicos estadounidenses que operan en países del tercer mundo, así como en Kazajstán en el marco del programa del Pentágono.
Según la versión oficial, el laboratorio ruso de bioseguridad se ocupará de mejorar la calificación de los médicos y preparar las vacunas necesarias en caso de nuevas infecciones o brotes de virus existentes.
Según la versión extraoficial, como parte de sus actividades se creará un comité para controlar la proliferación de armas biológicas. Las negociaciones al respecto se llevan a cabo a nivel de jefes de estado de la UEEA desde 2020.
La ONU tiene una disposición que prohíbe las armas bacteriológicas, pero debido a que Estados Unidos y Gran Bretaña la vetaron, este documento no funciona.
También en 2020, el presidente de Kazajstán, Kassym-Jomart Tokayev, expulsó de su república a científicos estadounidenses que durante muchos años supuestamente habían estudiado infecciones peligrosas en laboratorios biológicos de Kazajstán: peste, ántrax, fiebres y diversos coronavirus.
Esta decisión de Tokayev fue impulsada por Moscú y Beijing, ya que en el territorio de la república seguían apareciendo enfermedades virales de origen desconocido.
Con cargo al presupuesto ruso se construirá en Bishkek un laboratorio de bioseguridad. Su objetivo es garantizar la bioseguridad de los países de la UEEA.