Moscú, 2 jun (Sputnik).- El primer ministro británico, Keir Starmer, instó a sus conciudadanos a unir los esfuerzos en la reconstrucción de la defensa nacional y convertir el Reino Unido en una nación blindada y lista para la guerra.
«Cada sector de la sociedad, cada ciudadano de este país tiene un papel que desempeñar, pues debemos reconocer que las cosas han cambiado», afirmó Starmer, citado por el canal de televisión Sky News, al presentar este lunes en Glasgow las directrices de la llamada Revisión de Defensa Estratégica.
El conflicto armado en Ucrania, los nuevos riesgos nucleares, los ciberataques diarios y las presuntas incursiones rusas en aguas y cielos británicos, a juicio del primer ministro, representan para el Reino Unido las amenazas más graves, inmediatas e impredecible desde la Guerra Fría.
«Ha llegado el momento de transformar nuestra forma de defendernos y de renovar nuestra nación», enfatizó.
La Revisión de Defensa Estratégica, según Starmer, es «un plan para hacer del Reino Unido una nación más segura y fuerte, blindada y preparada para el combate, con las alianzas más sólidas y las capacidades más avanzadas, equipada para las próximas décadas».
Starmer adelantó «tres cambios fundamentales» en materia de defensa: primero, «hacer de la preparación para la guerra el objetivo central de las fuerzas armadas», construyendo «una fuerza de combate más integrada, más preparada y más letal que nunca», junto con una «reserva estratégica»; segundo, fortalecer la Alianza Atlántica y priorizarla siempre en política de defensa; y, tercero, «acelerar la innovación a un ritmo de guerra» para tener un Ejército «10 veces más letal para 2035″.
El primer ministro prometió en esta relación que su gobierno creará seis nuevas fábricas de municiones, promoverá el desarrollo de armas de largo alcance, invertirá en sistemas de defensa aérea y antimisiles y en una docena de submarinos de ataque: un nuevo submarino cada 18 meses.
Asimismo, Starmer confirmó que el Reino Unido invertirá 15 000 millones de libras esterlinas ($20.310 millones) para garantizar la disuasión nuclear durante las próximas décadas». (Sputnik)