Sahel: Ante la crisis humanitaria, es necesario un cambio de estrategia global

elInternacionalista
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La crisis humanitaria en el Sahel está alcanzando proporciones alarmantes y afecta a millones de personas en Burkina Faso, Malí y el oeste de Níger. Los conflictos armados, los desplazamientos masivos de población, la inseguridad alimentaria y la falta de servicios básicos están hundiendo a la región en una espiral de violencia y pobreza. De ahí un cambio de dirección en la estrategia global en la lucha contra los grupos yihadistas armados.

Si bien la Alianza de Estados del Sahel (AES) apuesta por una respuesta militar para erradicar a los grupos armados, esta estrategia parece estar llegando a sus límites. Lejos de traer estabilidad, contribuye a una escalada de violencia, a un debilitamiento de las poblaciones y a un agravamiento de la crisis humanitaria.

Las cifras de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) son elocuentes. Entre octubre y diciembre de 2024, la región registró 619 incidentes de seguridad, frente a 569 entre agosto y septiembre. Aunque el número de muertos ha disminuido de 1.946 a 1.526, la frecuencia de ataques armados, secuestros y enfrentamientos entre grupos armados y fuerzas gubernamentales sigue aumentando.

14,4 millones de personas padecen inseguridad alimentaria aguda

Este aumento de intensidad está empujando a las poblaciones al éxodo. Al 30 de noviembre de 2024, 2,6 millones de personas se encontraban desplazadas internamente, una cifra ligeramente inferior en un 3% a la de septiembre, pero que no refleja una mejora de la situación, ya que los censos están limitados por la inseguridad. Al mismo tiempo, el número de refugiados en estos tres países aumentó un 3%, alcanzando las 329.500 personas, un indicador del clima de terror que se ha instalado.

El espectro de la hambruna se cierne sobre la región. Según el Marco Armonizado de noviembre de 2024, 14,4 millones de personas padecen inseguridad alimentaria aguda, situación agravada por la destrucción de las actividades agrícolas y pastorales.

La inseguridad impide a los agricultores acceder a sus tierras, los conflictos provocan pérdidas masivas de ganado y las restricciones al acceso al mercado hacen que los alimentos sean inasequibles. En algunas zonas, los precios de los alimentos básicos se han disparado, agravando la precariedad de las poblaciones más vulnerables. La desnutrición infantil está aumentando peligrosamente, amenazando a toda una generación con consecuencias irreversibles.

Un aumento en la cooperación en materia de seguridad

El acceso a servicios esenciales está cada vez más comprometido. En las regiones más afectadas por el conflicto, la infraestructura sanitaria está destruida o inoperante, los centros de salud están desbordados y carecen de personal y equipo, y las enfermedades transmisibles proliferan en los campamentos de desplazados.

El sector de la educación está en ruinas, con miles de escuelas cerradas bajo la amenaza de grupos armados, privando a cientos de miles de niños de una educación. El agua potable se está convirtiendo en un lujo inaccesible para millones de personas, lo que alimenta epidemias de cólera y diarrea aguda.

Ante esta catástrofe humanitaria, los países de la AES anunciaron la creación de una fuerza conjunta de 5.000 soldados para combatir a los grupos extremistas y restablecer el orden en la región. Esta iniciativa marca un aumento de la cooperación en materia de seguridad entre Níger, Burkina Faso y Malí, pero su eficacia sigue siendo incierta.

Aunque la ofensiva militar ha permitido recuperar temporalmente algunos territorios, no ha logrado establecer una estabilidad duradera. Los grupos armados están adoptando tácticas más móviles, llevando a cabo ataques relámpago e infiltrándose en las comunidades locales. Lejos de debilitar su influencia, esta estrategia de seguridad crea frustraciones y refuerza el ciclo de violencia.

Uno de los principales escollos de este enfoque reside en la ausencia de un proyecto político y social global. La respuesta militar ignora las causas profundas del conflicto, incluida la exclusión de ciertas comunidades, la falta de oportunidades económicas y la desconfianza generalizada en las instituciones estatales. La lucha contra los grupos armados no se puede ganar sólo con armas. Sin una gobernanza eficaz, un diálogo inclusivo con las poblaciones y programas de desarrollo concretos, las operaciones militares corren el riesgo de producir el efecto contrario al previsto.

La necesidad de un enfoque más visionario

Más allá de consideraciones puramente de seguridad, la viabilidad de este enfoque se ve debilitada por la dependencia de los Estados de la AES de recursos externos. A pesar de los discursos que afirman la soberanía recuperada, estos gobiernos siguen dependiendo del apoyo logístico y financiero externo para llevar a cabo sus ofensivas. Sin embargo, con la retirada gradual de los socios occidentales y los límites de la ayuda proporcionada por los nuevos aliados, las capacidades operativas de estos ejércitos corren el riesgo de agotarse rápidamente.

La urgencia de un cambio de dirección es innegable. La estabilización del Sahel no puede lograrse sin un enfoque combinado que integre la seguridad, la gobernanza y el desarrollo económico. Restablecer servicios públicos confiables, en particular en salud y educación, es esencial para reconstruir la confianza de la gente en el Estado. El fortalecimiento de la infraestructura agrícola y el establecimiento de proyectos económicos viables deben ofrecer alternativas creíbles a los jóvenes que a menudo son reclutados por grupos armados por falta de perspectivas.

Se acabó el tiempo de las medias tintas. La crisis humanitaria en el Sahel es una de las más graves del mundo y no puede reducirse a un simple problema de seguridad. Mientras la respuesta de los estados del ESA se limite a la lógica de la guerra, la situación seguirá deteriorándose. Se necesita un enfoque más inclusivo y visionario para evitar que esta región caiga definitivamente en el caos.

Cheick Bougounta CISSE – Maliweb

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