La inminente invasión terrestre en Gaza podría desencadenar una intervención más significativa del grupo libanés
Después del reciente ataque aéreo israelí contra el Hospital Árabe Al-Ahli de Gaza, que mató a cerca de 500 personas, y en medio de las tensiones actuales en la frontera sur del Líbano con Israel, muchos especulan sobre cómo la participación de Hezbolá en el conflicto podría cambiar en los próximos días.
Estas preguntas surgen en el contexto de escaramuzas esporádicas entre Hezbolá y el ejército israelí en el sur del Líbano -una región a menudo denominada el “frente norte” de Israel- y se centran en la posibilidad de una escalada.
Hezbollah ha estado participando en enfrentamientos de ojo por ojo con Israel desde el estallido del conflicto de Gaza, ya que el partido pretende mantener una postura disuasoria al tiempo que se adhiere a las reglas de enfrentamiento establecidas.
Es evidente que Hezbollah está recorriendo un camino delicado en el sur. No sólo está fortaleciendo las reglas de enfrentamiento con el ejército israelí, sino también enviando un mensaje claro tanto al establishment israelí como al estadounidense de que está dispuesto a dialogar en esta coyuntura crítica.
Al mismo tiempo, ha habido una notable movilización de fuerzas israelíes hacia la frontera norte, incluidos reservistas de unidades y batallones de élite, mientras se están posicionando tanques y artillería en previsión de una posible escalada.
La ambigüedad que rodea la posible participación de Hezbollah en la guerra ha servido inadvertidamente a las facciones armadas de Gaza al mantener a las fuerzas israelíes en alerta, dispersando así el foco y los recursos del establishment de defensa.
Esto constituye una ventaja estratégica, que impide que el ejército israelí concentre todo su poder únicamente en la ofensiva de Gaza, al tiempo que añade una capa de complejidad al cambiante panorama geopolítico.
Lanzamiento de cohetes
La reacción de Hezbollah a las acciones de Israel se ha extendido más allá de su intercambio de disparos. Un aspecto importante pero pasado por alto en este conflicto es la participación de palestinos de los campos de refugiados en el Líbano, que han llevado a cabo ataques a través de la Línea Azul contra asentamientos israelíes.
Aunque muchos han pasado por alto estos ataques, sobre todo teniendo en cuenta su impacto relativamente mínimo en el ejército israelí, la iniciativa representa un cambio notable. En general, los palestinos en el Líbano tienen restringido el ingreso al área del Sector Litani Sur (SLS), que se considera una zona militar, en medio de temores de un enfrentamiento militar no planificado con las fuerzas israelíes.
Pero recientemente, y con el respaldo de Hezbollah, individuos afiliados a la rama libanesa de las Brigadas Qassam, el brazo armado de Hamas y Saraya Al Muqawama, el brazo armado de la Jihad Islámica, han lanzado cohetes desde el Líbano hacia asentamientos israelíes. Es seguro decir que tales ataques han estado ausentes de la escena libanesa al menos desde la liberación del sur del Líbano en mayo de 2000. Su regreso muestra el nivel de voluntad de Hezbollah de involucrarse en la guerra en curso.
Además, sugiere que, si se abriera un segundo frente de guerra en el norte, Israel podría enfrentarse al fuego no sólo de Hezbollah sino también de facciones palestinas que se han entrenado intensamente para tales enfrentamientos.
Hezbollah en el sur del Líbano pueden interpretarse de dos maneras divergentes. La primera interpretación, sostenida en gran medida por analistas israelíes y estadounidenses, postula que la respuesta moderada de Hezbollah significa una falta de interés en contribuir a la ofensiva en curso en Gaza.
A pesar de expresar solidaridad con la causa del pueblo palestino rindiendo homenaje a la noción de “frentes unificados”, principio fundamental del “eje de resistencia”, el partido libanés parece reacio a comprometerse plenamente, principalmente debido a factores locales e internos que podría impedir su capacidad de librar una guerra a gran escala contra Israel.
Esta desgana se percibe en el contexto de la grave crisis económica del Líbano. Además, aunque Hezbollah posee un arsenal que ha crecido significativamente con el tiempo, funcionarios israelíes y estadounidenses creen que el grupo ha agotado sus recursos humanos al involucrarse en conflictos en toda la región, particularmente en Irak, Siria y Yemen.
‘Momento cero’
Sin embargo, las percepciones occidentales de los partidos islamistas a menudo han estado desalineadas con sus ideologías y acciones reales. El ataque del 7 de octubre perpetrado por Hamás fue un ejemplo de ello. Los gobiernos occidentales aparentemente creían que habían sometido a Hamas en Gaza, de manera similar a cómo Fatah se incorporó a la Autoridad Palestina en la Cisjordania ocupada .
Pero el ataque sorpresa demostró una voluntad continua por parte de Hamas de perseguir sus demandas de larga data. De manera similar, Hezbollah sigue comprometido con sus principios, particularmente en lo que respecta a la causa palestina, una fuerte indicación de que no dudaría en apoyar a Hamás si las circunstancias justificaran una intervención. Según esta interpretación, quedan dudas sobre el momento y las condiciones bajo las cuales Hezbollah puede intervenir.
Hezbollah ya ha mostrado voluntad de intervenir, aunque con una capacidad limitada. La estrategia coordinada entre los miembros del “eje de la resistencia” parece caracterizarse por un enfoque mesurado y calculado, en lugar de desplegar todos los recursos disponibles simultáneamente. Los medios de comunicación libaneses, particularmente aquellos alineados con Hezbolá, han señalado que sería necesario que haya un consenso entre el eje de resistencia antes de seleccionar un momento decisivo -denominado “momento cero”– en el que Hezbolá intensificaría su participación.
A diferencia de los actores estatales, los grupos armados como Hezbollah podrían emplear un paradigma de toma de decisiones en el que las masacres a gran escala no sirvan como catalizador principal para represalias o un mayor compromiso. Los patrones de respuesta y las justificaciones de las acciones militares tanto de Hezbolá como de Hamás subrayan esta distinción.
Si bien el momento exacto de este “momento cero” sigue sin determinarse, la especulación sugiere que la inminente ofensiva terrestre en Gaza, que ha sido respaldada por Estados Unidos, el Reino Unido , Alemania y Francia , podría desencadenar una intervención más significativa de Hezbollah. Esta interacción refleja la relación integradora entre diferentes actores dentro del “eje de resistencia”.
Irán, por ejemplo, parece estar encabezando los compromisos diplomáticos, como lo demuestran las giras regionales realizadas por su ministro de Relaciones Exteriores. Aunque Irán parece inclinado a reducir las tensiones, las acciones de Hezbollah en el sur del Líbano envían una señal clara de la disposición del grupo a participar militarmente si se considera necesario.
MEE