El ataque contra los civiles israelíes del 7 de octubre y la violencia física y sexual podrían ser calificados como crímenes de lesa humanidad, señala una declaración de relatores especiales de la ONU distribuida por la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (Acnudh).
«Estos actos constituyen violaciones graves del derecho internacional y equivalen a crímenes de guerra que –dado el número de víctimas y la gran premeditación y planificación de los ataques– también pueden calificarse como crímenes contra la humanidad», indica el documento.
Recuerda que durante los ataques 1.200 personas, en su mayoría civiles, fueron matadas en 22 aldeas israelíes.
«No hay circunstancias que justifican su perpetración. Reconocer y documentar el daño causado y buscar la justicia son pasos vitales hacia la paz», afirma la declaración.
Los expertos de la ONU enviaron una carta solicitando investigar la violencia a los representantes de Palestina en el organismo, así como a la jefatura del movimiento Hamás; una copia de la carta también fue enviada a las autoridades israelíes.
El pasado 7 de octubre, Hamás atacó Israel desde la Franja de Gaza, causando unos 1.200 muertos y cerca de 5.500 heridos y capturando a unos 240 rehenes.
En represalia, Israel declaró la guerra a Hamás e inició ataques masivos contra las instalaciones civiles y otras en Gaza, al tiempo que imponía un bloqueo total al enclave palestino, cortando el suministro de agua, alimentos, medicinas, electricidad y combustible. El 27 de octubre, Israel lanzó una incursión terrestre a gran escala en la Franja de Gaza.
La campaña de bombardeos dejó hasta la fecha más de 22.800 muertos y más de 58.400 heridos en el enclave palestino.
Del 24 de noviembre al 1 de diciembre, durante una tregua humanitaria pactada con la mediación conjunta de Catar, Egipto y Estados Unidos, se canjearon 80 rehenes israelíes de Hamás, en su mayoría mujeres y niños, por 240 presos palestinos sin delitos de sangre. Además, las milicias palestinas liberaron a casi 30 cautivos más, en su mayoría tailandeses residentes en Israel. Unos 130 rehenes todavía permanecen cautivos en Gaza.
Al expirar la tregua, las operaciones bélicas se reanudaron y el flujo de ayuda humanitaria que llega al sur del enclave palestino desde Egipto se redujo nuevamente a una quinta parte de lo que Gaza recibía antes de esa guerra, según la ONU.
Rusia y otros países instan a Israel y Hamás a pactar un alto el fuego y abogan por una solución de dos Estados, aprobada por la ONU en 1947, como la única vía posible para lograr una paz duradera en la región. (Sputnik)